sábado, 23 de febrero de 2013

Homenaje a Antonio Machado






Amparo García-Otero en el homenaje rendido a Antonio Machado en la Casa-Museo del poeta en Segovia.

Una tarde parda, fría y lluviosa como el propio poeta la habría calificado. Sin embargo la afluencia de aficionados a la poesía machadiana fue enorme. Este acto suele organizarse en el jardín, pero la lluvia no lo permitió y hubo que refugiarse en el zaguán, donde no cabía ya ni un alfiler. Los participantes tuvimos que organizarnos entre las escaleras y el interior de la vivienda para aguardar nuestro turno. Pese a todo, en el exterior, desde donde podía escucharse lo que acontecía en el interior, las personas que no pudieron entrar permanecieron a pie quieto bajo el paraguas hasta que finalizó el homenaje.

Siempre resulta entrañable, pero este año, además, las participaciones fueron numerosas. Cada cual poniendo el corazón en el poema que leía. Yo canté "Soñé que tú me llevabas". Hubo lectores que se emocionaron hasta el punto de que un nudo en la garganta les obligó a detenerse durante unos segundos.

Alguien planteó una pregunta: ¿Se merece España un poeta como Antonio Machado, cuando éste tuvo que vivir casi precariamente de un simple sueldo, en el rincón frío de una pensión? Este tipo de preguntas me las he planteado yo muchas veces en relación con grandes artistas, no sólo en España, sino creo que es algo que ha sucedido y sucede a nivel mundial. Es por ello que el artista se sustenta en buena medida de su propio arte, si no fuera así muchos grandes escritores, músicos, pintores etc. no nos habrían legado su obra.

Si en este 74º aniversario de su partida Antonio Machado nos ha contemplado desde un agujerido en el cielo, es muy posible que se haya sentido bien pagado con el afecto de todos los asistentes.

sábado, 16 de febrero de 2013

Romances y Juglares en el Juan Bravo





Amparo García-Otero en el Teatro Juan Bravo de Segovia.


Fue una tarde/noche mágica en el teatro Juan Bravo de Segovia. El espíriitu juglaresco se desbordó desde el escenario impregnando de poesía y música tradicional todo el recinto, desde el patio de butacas hasta los palcos más altos, encaramándose hacia el techo como una nubecilla que, llegada desde tiempos pretéritos, soltara su lluvia de romances sobre el respetable . El público se implicó desde el primer momento. Se inició el espectáculo con una coral de Ayllón, bellísimo pueblo segoviano donde no es de extrañar que el Romancero tenga éxito y afluencia de público. Hay que conocer Ayllón para comprenderlo. Pero continúo, el nombre de la coral es "La Espadaña". Luego  la Ronda Segoviana, impecable y uniformada con los trajes tradicionales, como siempre. Después el grupo "La Órdiga", perfectamente ensamblados e incluyendo algunos instrumentos contemporáneos entremezclados con los tradicionales. Siguieron los Talandán, formación familiar y musical: Llanos Monreal y Fernando Ortiz (del Nuevo Mester de Juglaría) junto a su hija Cristina, que ha heredado la afición y el estudio de la música. Luego "El Hombre Folkíbero", que no es otro que Jesús Parra junto a un grupo de músicos profesionales de primera línea, como él. Y remató el concierto una servidora, acompañada por Begoña Larrañaga y Jesús Parra, un lujazo estos dos músicos, ambos solistas y con sus propias trayectorias, pero que tienen a bien subirse a este carro cuando solicito su colaboración. Tres romances: "Romance del Conde Olinos", "Romance de Adela" y "Romance de Don Bueso". En este último me permití "facer el mester juglaresco" de poner mi propia música no sólo acompañada, sino "jazzeada" por el acordeón de Begoña y la guitarra de Jesús, cambiando armonías, enriqueciendo la base de la melodía. Lo dicho, un lujazo estar acompañada por músicos de este nivel profesional.

En líneas generales hay que destacar las interpretaciones impecables de todos los grupos, el repertorio estudiado y trabajadísimo que se presentó. Creo sinceramente que resultó un éxito merecido.

El comentario general fue de sorpresa, al ver cómo utilizando el mismo material, el Romancero tradicional, se pueden conseguir interpretaciones tan diferentes, tan personales y trabajos distintos con el objetivo común de promocionar una de las bases culturales más importantes de nuestra poesía y nuestra música. No estamos de moda los que trabajamos en esto porque en realidad el Romancero es atemporal y no necesita de ninguna moda para recibir el reconocimiento y el aplauso que merece. 

Organización: Excma. Diputación de Segovia a través de la Fundación Manuel González Hererro dirigida por Sara Dueñas.

lunes, 11 de febrero de 2013

San Lesmes

Amparo García-Otero cantando en la Casa de Burgos en Madrid con motivo de la celebración de San Lesmes.

De nuevo en la Casa de Burgos en Madrid, celebrando a San Lesmes, el patrón de la ciudad burgalesa. Como en otras ocasiones, actuaron el gran tenor Miguel Alonso y el excelente cantautor manchego Jose Luis Pardo, que además nos dio a conocer sus dotes de "belcantista" interpretando una romanza de "La Tabernera del Puerto", de Pablo Sorozábal. En cuanto a Miguel Alonso, trajo preparadas dos joyas de nuestra zarzuela, la jota de "La Bruja" y la jota de "La Dolores" (aunque esta última obra está considerada de rango operístico). Yo contribuí con dos canciones tradicionales, con botella y almirez y algunos cantos de carnaval.

Y volviendo a San Lesmes, hay una página, "Burgospedia" que publica esta información:

http://burgospedia1.wordpress.com/2009/12/21/san-lesmes-patron-de-burgos/

En Loudun, en el Poitou francés, allá por el 1.030, en el seno de una familia noble, nació ALLEAUME (Castellanizado ADELELMO). De su infancia poco se sabe, pero es probable que al igual que otros hijos de noble se formase en alguno de los conventos de su región. En su juventud, siguiendo el deseo de su padre, entró al servicio del Ejército del Rey de Francia, donde dio grandes muestras de valor y demás virtudes militares siendo un ejemplo para sus compañeros y subordinados.
A la muerte de sus padres abandonó el ejercicio de las armas, repartiendo sus pertenencias entre sus escuderos y después de peregrinar a Roma tomó el habito de S. Benito en la Abadía de “Domus Dei”, la actual “Chaise Dieu” en la Auvergne cuando era Abad S. Roberto, poco después fue ordenado sacerdote en Clermont – Ferrand. A la muerte de S. Roberto es elegido Abad por toda la comunidad, pero como su humildad no le permitía el ejercicio de tan alto cargo renunció a él dos años mas tarde, en esta época ya se le conoce con su nombre latino de Adelmus.
Pronto adquiere fama de santidad, llegando a sanar milagrosamente a la Reina Matilde, la esposa de Guillermo “el Conquistador”, de la misma forma que libraba de la peste a quien comía del pan por el bendecido.

Constanza de Borgoña estaba casada a la sazón con Alfonso VI de Castilla, quien siempre había mostrado preferencia para sus matrimonios por princesas extranjeras y es, precisamente Dª. Constanza; conocedora de la fama de Adelmus, quien se empeña en hacerle venir en contra de sus deseos a Castilla, así puede leerse en el “Bezerro de Sant Joan”: ” La dicha Reyna Doña Constanza, pidió al Rey, su marido, que trojese al Santo Varón Adelelmo, para que con su santidad amparase a este Reyno de Castilla”.
En un principio Adelmus rechaza la invitación, siendo conminado en varias cartas por la reina, quien llega a decirle: “Te conjuro de parte de Dios que si no quisieres venir y descuidares en llegar a esta tierra de Castilla, que con gran deseo te espera, Dios te lo demandará por las almas que se pierdan”.
Obligado de esta forma y obedeciendo el deseo del Papa Gregorio VII de sustituir en Castilla el rito mozárabe por el latino, llega a Burgos sobre el 1.081, siendo recibido por los reyes quienes le nombran: Consejero, Confesor y Abad de su Reino, siendo muy posible que en esta época coincidiese con el Cid Campeador en algún acto de la Corte. Pronto los castellanos, ante la dificultad de pronunciar correctamente su nombre; lo van adaptando a su lengua, así primero es Adelelmo, después Adelelme y Alesmes, hasta llegar a Lesmes, nombre por el que es, a partir de entonces, conocido.

En el 1.085, Alfonso VI le pide que le acompañe en la toma de Toledo: “El Rey dispuso sus ejércitos de una parte del Tajo, sitiando la ciudad, de los moros mucho bien guarnida. Una noche díjole Lesmes al Rey que aprestase sus gentes pues aquella misma noche se había de tomar Toledo. Estando descuidados los moros, por donde el río era mas profundo, tanto que se podía navegar, Lesmes trazó la Señal de la Cruz sobre las aguas, pasando el río a lomos de un rucio o jumentillo, sin que llegase la agua a mas de las corvas de su caballería y así le siguió todo el ejercito y aquella noche se tomó Toledo”
“Quiso el rey agradecerle esta milagrosa intervención, dándole a elegir, entre los de su reino, el mejor lugar que le conviniera para poder servir mejor a Dios”, a lo que Lesmes contestó que tan solo quería: “La capilla elemosinaria de Sant Joan que para emendacion de los pecados y recoger a los pobres pelegrinos has mandado construir en Burgos”.
Pareciéndole poco al Rey y le dio, no solo, la Capilla de S. Juan, si no también el Hospital y Monasterio del mismo nombre que aun están sobre el Camino de Santiago y durante siglos fueron un importantisimo hito de la hospitalidad jacobea: “Para que allí mores con los freires de Sant Benito y fagais preces por mi el Rey, por Doña Constanza la reyna nuestra señora y por toda Castilla”.
En Burgos, LESMES vive austeramente, repartiendo cada día panecillos a los pobres, a los que conforta e incluso bromea con ellos según cuenta la tradición. Además de los numerosos milagros que se le atribuyen en esta época, todavía es reconocido en Burgos por las importantes obras de saneamiento y encauzamiento de ríos que el mismo dirige, posiblemente aprovechando conocimientos de su etapa militar y que evitaron la peste y las inundaciones que sufría periódicamente la Cabeza de Castilla.



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