Pues resulta que en Fuentesaúco celebran a San Isidro y nos llamaron para interpretar un concierto dentro del ciclo "Romances y Juglares". Me encanta la expresión de satisfacción de la gente cuando les cantas romances tradicionales y, o bien se los saben y acompañan, o bien les encanta escuchar aquéllos que no conocen. El Romancero sigue vivo en el pueblo, el pueblo auténtico, el que todavía no vive aplastado por el neón y la cultura imperante. Nos aplaudieron a rabiar y nos pidieron varios "bises". De paso, un lugareño nos pidió el micro para recitar una poesía de Gabriel y Galán, "El vaquerillo".
Seguimos en la brecha. Es que con estas cosas me siento "en mi salsa", no lo puedo remediar.
Amparo García-Otero, Begoña Larrañaga y Jesús Parra.
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