martes, 8 de noviembre de 2011

Por las dos Medinas


Iglesia de Santiago Apóstol en Medina del Campo



Iglesia de Santiago Apóstol en Medina de Rioseco


Paseo en barco por el Canal de Castilla



Visitando las dos Medinas vallisoletanas: la del Campo y la de Rioseco. ¿Cómo perderse ese despliegue de arte en el interior de otras dos joyas, como son las iglesias dedicadas a Santiago Apóstol en ambas localidades?

"Passio" es el nombre de la presente edición de las Edades del Hombre. Hay quien declara no disfrutar del arte sacro por encontrarlo "agobiante". En uno de los libros de visitas de la exposición, alguien escribe "demasiada sangre, demasiado dolor" y se olvida de que esa fuerte sensación la provoca precisamente la imponente mano del artista ¿cómo es posible conseguir esa perfección formal, sobre todo, esa expresión a partir de un pedazo de madera? Es como si el escultor, buscando lo divino, sobrepasara lo humano. Impresionante ver la imaginería de cerca. Siempre solemos contemplar estas figuras "desde lejos" o bien en las procesiones o bien en las propias iglesias, pero en los altares, no al alcance de la vista con la cercanía que ofrece esta exhibición.

Veo que han mezclado Renacimiento y Barroco con esculturas y lienzos contemporáneos y me parece un acierto por la contraposición de estilos y la conjunción en los temas. Además, muchas de estas obras proceden de colecciones particulares y es una buena ocasión para poder contemplarlas y ver el diferente tratamiento artístico sobre motivos similares.

Curiosamente me percato de que algunos grupos escultóricos proceden de iglesias de Valladolid por las que yo me paseaba en mi infancia de la mano de mi madre, o de la tía, ignorando, por supuesto, su valor, viendo aquello como "lo más normal del mundo" y ahora, con los ojos del presente, también reconozco la importancia de que a un niño se le pasee por lugares donde el arte se muestre como algo natural. Que sí, que el arte se cuela en las pupilas y en el sentimiento "de puntillas", decantando la sensibilidad, por eso resultan imprescindibles, durante la infancia, tanto las lecturas como las visitas a exposiciones y museos.

La experiencia espiritual la dejo al arbitrio de cada cual, según sus creencias y según las sensaciones que provoquen estas imágenes, que pueden alentar cualquier sentimiento, pero nunca indiferencia. ¿Madera? ¿Es de verdad eso madera? ¿Cómo puede la mano del hombre impregnar así, de su propia vida, un objeto inanimado?

Primero, Medina del Campo, después, hacia Medina de Rioseco por la ruta de los "Montes Torozos", tan humildes en su envergadura como grandes en las descripciones de Miguel Delibes.

En Medina de Rioseco, a buscar restaurante para el almuerzo. No sólo el arte alimenta el espíritu, también lo hacen las texturas y los sabores. No se trata únicamente de comer para meterle al cuerpo energía. Creo que el mesonero tiene abiertas las puertas del paraíso por practicar a diario la caridad de "dar de comer al hambriento", siempre que la codicia no se las cierre y te "clave" por sus servicios. Generalmente me dejan el papel de "sabueso" porque tengo buen olfato para relacionar calidad y precio.

Una vez visitadas ambas exposiciones y como colofón, un paseo en barco por el Canal de Castilla. El ruido del motor contrasta con las primeras luces del atardecer, pero no me quiero poner cursi, así que no voy a mencionar esos tonos rosáceos mezclados con el ocre otoñal...

Próxima cita: 27 de Noviembre, 13.30 h. Casa de Burgos en Madrid, c/Augusto Figueroa, 3.

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