viernes, 30 de noviembre de 2012

Seguimos en la ruta...






 Actuación en la Casa de Burgos de Madrid.



¡Hay que ver el tiempo que lleva esto de Internet! Desde Castrojimeno que no había vuelto a escribir por aquí. Bien es cierto que tengo otras páginas también por atender y el Facebook, mediante el cual mantengo conversaciones en vivo y en directo...Bien, de nuevo en el blog "Nadie es más que nadie".  Pese a la crisis y pese al escaso movimiento de cualquier actividad artística en estos tiempos que corren , no me puedo quejar. En Octubre, televisión Castilla y León y concierto en Castrojimeno, en Noviembre, de nuevo actuación en la entrañable Casa de Burgos en Madrid, compartiendo música y almuerzo con los miembros de la Junta Directiva, con los cantantes Miguel Alonso, tenor burgalés y José Luis Pardo, cantantor de Ciudad Real, también con los socios del centro, ya amigos. Continuando con Noviembre, empecé mi colaboración en el ciclo "Romances y Juglares", organizado por la Excma. Diputación de Segovia con la loable intención de promocionar la difusión de nuestro Romancero. Cuento con dos músicos de lujo: Begoña Larrañaga y Jesús Parra, que ya me han acompañado en múltiples ocasiones y con los que mantengo un "entendimiento musical" extraordinario, algo imprescindible a la hora de actuar en público. Primera estación: San Cristóbal de la Vega, que celebraba su aniversario como municipio independiente con ayuntamiento propio y la celebración tuvo lugar en un estupendísimo auditorio incluido en el edificio municipal. Compartimos escena con músicos y escuela de danza de San Cristóbal y terminamos mezclándonos con el público y las autoridades para degustar las típicas sopas de ajo, que, por cierto, así, calentitas, se agradecían. Estrenamos "temporada invernal", frío y humedad en las calles.  

¡Qué bonita ocasión para trabajar con el Romancero! Nosotros, juglares contemporáneos, juguetones juglares a quienes nos encantan las viejas canciones heredadas, los antiguos versos que se pierden en el pasado y precisamente por ello suenan atemporales. ¡Viva nuestro Romancero! Aferrados a esta nave, no hay peligro de pasar de moda. La poesía es atemporal. El legado legendario de nuestros antepasados es atemporal. A nosotros corresponde la hermosa labor de revivirlo con música y voz.  


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