jueves, 24 de abril de 2014

Meditando por Internet

¡Abandonadito tengo esto últimamente! ¡Con lo terapéutico que resulta escribir un blog! He tenido noticias, he dado un par de conciertos, pese al parón provocado por la crisis. También he atravasado y sigo atravesando mi propia crisis. Mi madre sufrió un ictus el 10 de Enero y después de múltiples peripecias, luchas, médicos etc. no quedó más remedio que ingresarla en un centro geriátrico, pues su estado precisaba cuidados muy especiales que en casa era imposible proporcionárselos. Al cabo falleció el 19 de Marzo, día de San José, Patrón de la buena muerte y ciertamente fue el suyo un tránsito dulce y pacífico, que es el consuelo al que puedes abrazarte.

Hoy no voy a hablar de la muerte, empero, sino de la vida, que continúa pese a todo. Vivir es toda una experiencia. Es como conducir un coche de alta velocidad, tan rápido como tú quieras. Hay quien se conforma con ir al paso de la tortuga. hay quien pisa a fondo el acelerador y vive a tope. Hay quien se la pega por falta de experiencia, hay quien va adquiriendo la experiencia poco a poco y se las arregla para conducir debidamente y llegar a sus metas. ¿Y las metas? Supongo que cada cual tiene las suyas. O también se puede vivir sin metas y "a la que caiga". La vida es una página en blanco que cada cual escribe a su modo...si le dejan.

Tengo que reconocer que en mi caso no ha sido precisamente fácil, ni lo es. "Nadie es más que nadie", bauticé a este blog y sigo pensando lo mismo. Aquí el problema es que la mayor parte de los seres vivientes pensantes y hablantes no son demasiado conscientes de este principio y se empeñan, empezando por los padres, en poner zancadillas a la voluntad ajena, a veces "por tu bien" y otras porque eso del respeto a la libertad del otro, sea cual sea tu relación con los demás, parece una asignatura difícil de aprender.  Así pues, y continuando con los símiles del transporte, ya no es sólo conducir un coche por una carretera más o menos escarpada, sino que la vida en ocasiones se empeña en que navegues también, en plena borrasca, por supuesto, y sin haberte preparado debidamente para ello. Así te pasas tus días evitando escollos: vecinos, parientes, falsos amigos, jefes, compañeros, políticos, conductores de autobús, mercaderes, (no digo chiflados porque cada uno andamos con nuestras locuras a cuestas) y demás humanidad variopinta con la que convives a diario. Por supuesto que cada cual tiene sus "cadacualadas" y no hay otra que convivir los unos con los otros, eso sí, procurando al menos cargar con tus propios platos rotos y que no tenga que pagarlos el vecino, porque naturalmente, igual que nadie es más que nadie, hay que admitir que nadie es perfecto, empezando por uno mismo.

Total, que aquí seguimos, en la brecha, intentando poner la mente en orden después del desorden y continuar adelante. Me han encargado que le ponga música a los versos de un poeta castellano y ya tengo tres temas hilvanados. No puedo volcarme en la música totalmente. La situación económica me lleva a ejercer mi otra profesión: profesora de filología. Una de cal y otra de arena. Nadar y guardar la ropa. Ser o no ser. Adelante con los faroles y a quien madruga Dios le ayuda. Hay que sacar adelante todo el trabajo. Si me ha leído hasta aquí, gracias por su paciencia y por favor, no me olviden. El 15 de Mayo, San Isidro, concierto en la provincia de Segovia. Daré detalles.


    Amparo García-Otero.

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