lunes, 10 de enero de 2011

Eres como la nieve



"Eres como la nieve" es una canción tradicional castellana según rezan los cancioneros que he consultado. ¿Pero de qué zona? Hablándolo con mi buen amigo el folklorista Pablo Zamarrón, llegamos a la conclusión de que es posible que esta bella composición proceda de la zona de la montaña, tal vez entre Palencia y Cantabria, tal vez lindando con León, pero como sucede con las canciones tradicionales que van y vienen, es muy difícil dilucidad con exactitud su procedencia. Precisamente lo hermoso de la música popular es que pertenece un poco a todos, como si el barro de los caminos, en vez de ensuciarla, enriqueciera sus contenidos.

"Eres como la nieve", en lo que a mí se refiere, tiene su historia. Entró a formar parte de mi cancionero particular allá en los años de mi infancia, en Valladolid, cuando solía frecuentar con mi familia los ensayos de la Coral Vallisoletana. Siempre tuve esta canción en mi mente con el sonido multicolor de las voces corales en la versión de Cristóbal Halffter, pero me gustaba cantarla en solitario. Posee una calidad poética y una música que la convierten en algo magnético, que es lo que sucede con las canciones que han traspasado el tamiz del tiempo.

Me decidí a grabarla en mi segundo CD "Pisa Despacio" y conté con la colaboración del desaparecido compositor Jorge de Ortúzar, argentino afincado en Segovia, quien añadió una introducción intentando reflejar el revoloteo de los copos de nieve. Desgraciadamente, Jorge falleció de forma repentina y Miguel Gálvez amplió la versión de Jorge, inspirada para piano y soprano. Cuando grabé "Nadie es más que nadie", recuperé esta canción con una versión ampliada en lo que se refiere a la instrumentación.

La nieve, ahora menos, tal vez debido al cambio climático, ha sido siempre una constante en nuestros paisajes invernales. Un manto blanco y acogedor que cubre el sueño de la tierra hasta que la primavera provoca el despertar y renacer de la naturaleza. Sin embargo, nosotros permanecemos despiertos y expectantes todo el tiempo, viendo caer los copos lentamente, acurrucándose unos sobre otros y dibujando esas imágenes tan nuestras, como la sierra cubierta de nieve, imágenes bellas para los sentidos y prácticas con vistas a la temporada en que el agua resulta imprescindible para renovar los acuíferos.

Entre las canciones de amor de estas tierras no podía estar ausente la nieve. Hoy, en este día de Enero en que las temperaturas son más altas de lo habitual, dejo aquí mi pequeño homenaje a este milagro vestido de blanco.

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