El año pasado participé en el homenaje a Doña Milagros, la maestra que tanto bien hizo por el pueblo. Este año me han llamado para tomar parte de la fiesta de Ntra. Sra. del Rosario, Patrona de la localidad. Nos permitieron cantar en la iglesia, que posee una magnífica sonoridad. Mis canciones son respetuosas y además, como colofón y por deferencia al recinto y a la Patrona cuya fiesta celebrábamos, canté el Ave María de Schubert.
Me acompañaron Gloria Herrero al piano y Jesús Parra, guitarra, percusiones y acordeón. Interpretó en un "solo acordeonístico" la Jota del Guijar, que curiosamente le enseñara Kepa Junkera. Éxito total, como era de esperar.
Yo realicé un recorrido por mi discografía, sin que faltara un recuerdo al maestro Agapito Marazuela con varias canciones de su celebérrimo cancionero. En tierras segovianas es "paso obligado".
¿Y qué decir de estas fiestas tradicionales? Es el momento de reunión de los vecinos del pueblo y de aquéllos que dejaron de ser vecinos pero que lo siguen siendo con el corazón. Tiempo de retorno al hogar de los padres y/o los abuelos, bienvenida al otoño, espléndido este año. Emociona escuchar las campanas de la torre cuyo canto se pierde en las cercanas "lastras", entre la sabina, el enebro, algún nogal...
Y luego el baile en la plaza. Nos decían los jóvenes de la orquesta que era la última actuación de la temporada, que ahora cada cual iría "a su aire", que aquello era una despedida...Desde aquí un pequeño homenaje a estas orquestas que alegran el verano de fiesta en fiesta, de pueblo en pueblo, montando, cantando, tocando y animando, desmontando, llegando a casa a la hora en que todo el mundo ya se levanta...Es duro el trabajo de estas orquestas y hay que reconocérselo. Sin ellas, no hay baile, sin baile, no hay fiesta.
Próxima cita: Ávila, 22 de Octubre, Auditorio de San Francisco, 20 h., Pza. San Francisco s/n
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