De nuevo en la Casa de Burgos en Madrid, celebrando a San Lesmes, el patrón de la ciudad burgalesa. Como en otras ocasiones, actuaron el gran tenor Miguel Alonso y el excelente cantautor manchego Jose Luis Pardo, que además nos dio a conocer sus dotes de "belcantista" interpretando una romanza de "La Tabernera del Puerto", de Pablo Sorozábal. En cuanto a Miguel Alonso, trajo preparadas dos joyas de nuestra zarzuela, la jota de "La Bruja" y la jota de "La Dolores" (aunque esta última obra está considerada de rango operístico). Yo contribuí con dos canciones tradicionales, con botella y almirez y algunos cantos de carnaval.
Y volviendo a San Lesmes, hay una página, "Burgospedia" que publica esta información:
http://burgospedia1.wordpress.com/2009/12/21/san-lesmes-patron-de-burgos/
En Loudun, en el Poitou francés, allá por el 1.030, en el seno de una familia noble, nació ALLEAUME (Castellanizado ADELELMO). De su infancia poco se sabe, pero es probable que al igual que otros hijos de noble se formase en alguno de los conventos de su región. En su juventud, siguiendo el deseo de su padre, entró al servicio del Ejército del Rey de Francia, donde dio grandes muestras de valor y demás virtudes militares siendo un ejemplo para sus compañeros y subordinados.
A la muerte de sus padres abandonó el ejercicio de las armas, repartiendo sus pertenencias entre sus escuderos y después de peregrinar a Roma tomó el habito de S. Benito en la Abadía de “Domus Dei”, la actual “Chaise Dieu” en la Auvergne cuando era Abad S. Roberto, poco después fue ordenado sacerdote en Clermont – Ferrand. A la muerte de S. Roberto es elegido Abad por toda la comunidad, pero como su humildad no le permitía el ejercicio de tan alto cargo renunció a él dos años mas tarde, en esta época ya se le conoce con su nombre latino de Adelmus.
Pronto adquiere fama de santidad, llegando a sanar milagrosamente a la Reina Matilde, la esposa de Guillermo “el Conquistador”, de la misma forma que libraba de la peste a quien comía del pan por el bendecido.
Constanza de Borgoña estaba casada a la sazón con Alfonso VI de Castilla, quien siempre había mostrado preferencia para sus matrimonios por princesas extranjeras y es, precisamente Dª. Constanza; conocedora de la fama de Adelmus, quien se empeña en hacerle venir en contra de sus deseos a Castilla, así puede leerse en el “Bezerro de Sant Joan”: ” La dicha Reyna Doña Constanza, pidió al Rey, su marido, que trojese al Santo Varón Adelelmo, para que con su santidad amparase a este Reyno de Castilla”.
En un principio Adelmus rechaza la invitación, siendo conminado en varias cartas por la reina, quien llega a decirle: “Te
conjuro de parte de Dios que si no quisieres venir y descuidares en
llegar a esta tierra de Castilla, que con gran deseo te espera, Dios te
lo demandará por las almas que se pierdan”.
Obligado de esta forma y obedeciendo el deseo del Papa Gregorio VII
de sustituir en Castilla el rito mozárabe por el latino, llega a Burgos
sobre el 1.081, siendo recibido por los reyes quienes le nombran:
Consejero, Confesor y Abad de su Reino, siendo muy posible que en esta
época coincidiese con el Cid Campeador en algún acto de la Corte. Pronto
los castellanos, ante la dificultad de pronunciar correctamente su
nombre; lo van adaptando a su lengua, así primero es Adelelmo, después
Adelelme y Alesmes, hasta llegar a Lesmes, nombre por el que es, a
partir de entonces, conocido.
En el 1.085, Alfonso VI le pide que le acompañe en la toma de Toledo: “El Rey dispuso sus ejércitos de una parte del Tajo, sitiando la ciudad, de los moros mucho bien guarnida. Una noche díjole Lesmes al Rey que aprestase sus gentes pues aquella misma noche se había de tomar Toledo. Estando descuidados los moros, por donde el río era mas profundo, tanto que se podía navegar, Lesmes trazó la Señal de la Cruz sobre las aguas, pasando el río a lomos de un rucio o jumentillo, sin que llegase la agua a mas de las corvas de su caballería y así le siguió todo el ejercito y aquella noche se tomó Toledo”
“Quiso el rey agradecerle esta milagrosa intervención, dándole a elegir, entre los de su reino, el mejor lugar que le conviniera para poder servir mejor a Dios”, a lo que Lesmes contestó que tan solo quería: “La capilla elemosinaria de Sant Joan que para emendacion de los pecados y recoger a los pobres pelegrinos has mandado construir en Burgos”.
Pareciéndole poco al Rey y le dio, no solo, la Capilla de S. Juan, si no también el Hospital y Monasterio del mismo nombre que aun están sobre el Camino de Santiago y durante siglos fueron un importantisimo hito de la hospitalidad jacobea: “Para que allí mores con los freires de Sant Benito y fagais preces por mi el Rey, por Doña Constanza la reyna nuestra señora y por toda Castilla”.
En Burgos, LESMES vive austeramente, repartiendo cada día panecillos a los pobres, a los que conforta e incluso bromea con ellos según cuenta la tradición. Además de los numerosos milagros que se le atribuyen en esta época, todavía es reconocido en Burgos por las importantes obras de saneamiento y encauzamiento de ríos que el mismo dirige, posiblemente aprovechando conocimientos de su etapa militar y que evitaron la peste y las inundaciones que sufría periódicamente la Cabeza de Castilla.
No hay comentarios:
Publicar un comentario